jueves, 28 de febrero de 2008

CEMENTERIO DE COLÓN (I)

Regresé hace un par de días de un viaje a La Habana, tuve el privilegio de ser invitado a participar en la feria del libro, entre otros autores gallegos, ya que este año Galicia era la cultura invitada.
Durante mi estancia me asombró ver en el mapa de la ciudad la enorme magnitud del cementerio, que no pude remediar visitar, aunque lo deje para el último día.
Le llaman Cementerio de Colón, porque teoricamente se iban a trasladar allí los restos mortales del descubridor español.

Posteriormente a mi visita y ya de vuelta en Galicia leo en un libro de Xosé Neira Vilas la sorprendente historia de la construcción de la Necrópolis, en el libro PRESENCIA DIVERSA DE LOS GALLEGOS EN CUBA, libro muy recomendable, por cierto.

Según Neira Vilas, en junio del año 1871, se puso la primera piedra del cementerio de Colón. Previamente se había sacado a concurso la construcción del mismo. Entre los concursantes participaba un tal Calixto Loira, jóven gallego que había emigrado a Cuba en 1840 con sus padres.
Presentó su proyecto con un lema en latín que traducido al castellano venía a decir esto:
"La muerte entra igual en la choza del pobre que en el palacio del rey", como ya bien indicaron siglos antes otros como Holbein en sus grabados de la danza macabra.
El arquitecto gallego ganó pues el concurso luciendo este lema y así comenzaron las obras.

Cuando terminaron la construcción de uno de los subterráneos llamado la Catacumba de Tobias, fue tal su satisfacción que les dijo a los trabajadores: "Que bien ha quedado, casi me gustaría morirme para ser enterrado aquí". Curiosamente, e intentando buscar más pistas sobre este hecho que me llama la atención, me encuentro con que en El Libro de Tobías, según la tradición bíblica, se da a entender que "un ángel presenta a dios todo lo que hacemos por auténtica caridad", y debe ser que allí se encontraba ese mismo angel cuando Calixto exclamó su frase que lo que comentó a modo de elogio dió paso a su triste fin, ya que días después de esto, el gallego murió a causa de una fiebre amarilla y por designios del destino o de esa dama caprichosa que a todos nos tiende la mano, se convirtió en la primera persona enterrada en esta inmensa necrópolis.

1 comentario:

Arcana dijo...

Me llama la atencion lo que publicas en tu espacio... aqui en chile pasan cosas muy similares, me encanto tu blog... muchos saludos