viernes, 1 de febrero de 2008

CRÁNEO MORTEM: UNA PUERTA ABIERTA A LA MUERTE.

No sé ni porque, ni donde, ni cuando me enamoré de ella. Supongo que todos nos casamos con la muerte en el momento de nacer y por ser nuestra primera amante e impuesta que no elegida, muchos la rechazan, porque ¿a quién le gusta lo que es obligado? Por lo tanto, por lo general, tendemos a olvidarnos de ella como si con eso fuésemos a conseguir borrarla del mapa sin ser conscientes de que ni se puede ni se debe matar en nuestra consciencia algo que en sí, representa la esencia de ese mismo concepto y para mal de males vemos reflejada constantemente en los demás y nos persigue manifestándose de múltiples maneras.

Sin embargo en mi caso particular y atendiendo a su carácter desconocido y misterioso de amante invisible, no he podido dejar de pensar en ningún momento ni fase de mi vida en ella, como una compañera que el único día de tu vida en el que te la vas a encontrar, será aquel en que su propia visita no te permita verla. Nunca la vemos desde este mundo y quien sabe, quizás tampoco desde el otro. Es probable que el otro mundo del que tanto se habla con instinto esperanzador ni exista. A mí personalmente no me importa en absoluto, lo que me interesa realmente es aprovechar lo que suscita en mi creatividad el concepto de algo de lo que nada se sabe y en consecuencia un tema sobre el que resulta tan fácil e incluso agradable fantasear.

Se puede ser realista cuando se habla de la muerte desde el prisma de la vida, pero como hecho histórico, conceptual, ritual o en torno al proceso físico que produce, a mi entender es mucho más grande el margen de fantasía que la muerte nos ofrece y que tan pocos saben disfrutar.

La sociedad occidental, en general la clasifica como un tema casi tabú y no la introduce como debería en los sistemas de enseñanza, ni se esfuerza en demostrar lo importante que es saber convivir con ella y estar preparados para asumirla en cada momento, tarea complicada y que exige constancia y madurez mental, cosa difícil de llevar a cabo en una sociedad de consumo y entretenimiento en la cual nos despistan con productos, modas y tendencias comerciales y nos hacen vivir en un mundo reinventado.

En mi caso particular prefiero inventarme el mío propio imaginando que más allá de la vida uno se puede sentar a reflexionar alejado del stress cotidiano y ver las cosas que nos rodean con una mirada más consciente, en resumen, abrir una puerta a la muerte para convivir con ella dentro de lo posible, aprender en la medida en que se pueda y convertirla en un instrumento creativo que invite a la reflexión. La pretensión al abrir esta puerta en el universo virtual es simplemente dejarla abierta para mostrarte mi relación con ella, hasta que la muerte nos separe.

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