Antes eramos enterrados bajo tierra y ahora entre bloques de cemento. Lo que tengo muy claro es que seguiremos comiendo de la tierra hasta que ella nos coma a nosotros totalmente porque ella es más fuerte que todo el cemento del mundo.
Esta ilustración es mi pequeño homenaje a aquellas personas que a día de hoy aun subsisten del campo y siguen practicando un estilo de vida más puro y lejano a la contaminación social de la que somos victimas, aquellos que aun valoran la tierra como ella se merece y que comen las lechugas más ricas del mundo, porque las plantan con sus propias manos.
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